Evolución urbana
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Evolución urbana
Vitoria fue sucesivamente gótica y renacentista, barroca, neoclásica y romántica. La planificación ha sido una constante en su devenir histórico, desde su primer ensanche medieval a comienzos del siglo XIII hasta sus modernos barrios y parques periféricos. Su casco viejo mantiene íntegro el trazado gótico y sus calles elípticas y estrechas, con empinados cantones y antiguos y recobrados palacios. Los nombres de sus calles conservan los de las actividades gremiales de aquella época: Cuchillería, Zapatería, Herrería, Pintorería... El propio autor francés Victor Hugo definiría a Vitoria en una de sus obras como una «villa gótica completa y homogénea», e incluso, la llegó a comparar con Núremberg.
El Renacimiento también dejó su huella en la colina, en forma de elegantes palacios construidos por familias nobiliarias.
Fuera ya del casco medieval existen otros espacios emblemáticos como la Plaza de la Virgen Blanca, la Plaza España y Los Arquillos, del Neoclasicismo: ambos fueron ideados por el arquitecto local Justo Antonio de Olaguíbel para salvar el fuerte desnivel que separaba la antigua ciudad de la expansión del siglo XVIII, es decir, el ensanche.
Vitoria es hoy en día un nudo de comunicaciones por carretera. La ciudad cuenta con una posición estratégica privilegiada dentro del llamado eje Atlántico. Por su condición de capital de la comunidad autónoma del País Vasco, alberga la sede de distintos órganos institucionales de la comunidad autónoma: presidencia del Gobierno de la comunidad autónoma en Ajuria Enea, Gobierno Vasco en Lakua y Parlamento Vasco en la calle de Becerro de Bengoa. La capitalidad ha dado a la ciudad un notable dinamismo. Hoy en día posee el centro comercial más grande de todo el País Vasco,[cita requerida] denominado «El Boulevard».
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